Ahora es el momento de la calma en el lado sur de la Unión Europea. Eso es lo que debió pensar el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, cuando envió el viernes una carta al rey marroquí Mohamed VI en la que le decía que España se está tomando en serio la propuesta de convertir el Sáhara Occidental en una región autónoma de Marruecos.
Es la primera vez que España se pone de parte del conflicto del Sáhara Occidental y el final de una disputa diplomática entre España y Marruecos. Después de que España se retirara como potencia colonial del Sáhara Occidental en 1975, surgieron desacuerdos sobre la zona desértica escasamente poblada. El movimiento de independencia Polisario tiene como objetivo establecer su propio estado, Marruecos quiere anexar completamente el área. Condujo a un conflicto que a veces estalla con sangre.
Cuando el líder del Polisario, Brahim Gali, fue tratado en un hospital español el año pasado, Marruecos lo vio como una injerencia española en el conflicto. Marruecos rompió inmediatamente los lazos diplomáticos y cerró sus fronteras. España acusó a Marruecos de dejar pasar a sabiendas a miles de inmigrantes, que intentaban nadar y trepar a la región metropolitana española de Ceuta. Es según España la forma en que se les presiona.
Cuando miles de inmigrantes irrumpieron en Melilla hace dos semanas, fue un claro recordatorio para España de lo rápido que puede cambiar la situación. Agregue a eso la guerra de Ucrania, y está claro que España se vio obligada a encontrar una solución para no tener más disturbios en los bordes de la UE.
Una propuesta de 2007 para convertir el Sáhara Occidental en una región autónoma de Marruecos es ahora la forma en que España reconoce a Marruecos. El Sáhara Occidental tendrá así su propio subgobierno y tendrá voz sobre los asuntos regionales; además, se reconoce el idioma. De esta forma, el Sáhara Occidental pasará a formar parte del conjunto de Marruecos, de forma comparable a como, por ejemplo, Cataluña es una subregión de España.
España sigue así a Francia, que hasta ahora era el único país de la UE en opinar positivamente sobre el plan de autonomía de Marruecos. Dado que el entonces presidente Trump también reconoció a Estados Unidos el control de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a fines de 2020, esto parece despejar el camino para la anexión oficial del Sáhara Occidental.
Marruecos ha jugado así un juego inteligente entre la paciencia y la presión creciente, a pesar de las condiciones geopolíticas favorables. Columnista Lluís Bassets del diario español El País: “En el caso de Rabat, la coincidencia con los planes de Putin ha funcionado a la perfección”. Pero queda por ver si los propios saharauis están tan contentos con él. El movimiento rebelde Polisario, en cualquier caso, no está contento con eso. “España está cediendo a las políticas de chantaje y miedo de Marruecos”, dijo el Polisario en un comunicado.