«#Traditore»: la base del Cinco Estrellas se enfureció con la arrancada de Di Maio

Para decirlo todo es el hashtag que hace furor en Twitter: #Traditore. Donde el “traidor” en cuestión es Luigi Di Maio, Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Draghi y fresco artífice del desgarro más doloroso en la historia del Movimiento Cinco Estrellas. La despedida de Di Maio del 5S, colofón a una crisis interna con Giuseppe Conte, ha desatado el revuelo de quienes no han digerido el cambio de rumbo de uno de los pesos pesados ​​del partido. Los más populares son vídeos y citas del propio Di Maio sobre los “tránsfugas”, entendidos como los parlamentarios dedicados al “cambio de abrigo” tras aterrizar en el Parlamento. Parábola que ahora se le disputa al propio Di Maio, abrumado por posteos y memes que lo acusan de haber -efectivamente- traicionado su mandato por intereses personales.

El video viral sobre los “renegados”

Lo más destacado de las protestas sociales es un video que data del 31 de enero de 2017, cuando Di Maio ejercía el papel de “líder político” del Movimiento Cinco Estrellas. En el clip, el futuro ministro de los gobiernos de Conte y Draghi ataca el “mercado de vacas” del intercambio de partidos, contabilizando al menos 388 “renegados del partido” desde 2013 hasta ese año, destacando cómo algunos diputados llegaron a seis traspasos en un período de cuatro años. Lo que interesa a los usuarios, sin embargo, no son las estadísticas, sino el salto de la línea dura de aquellos años al cambio de rumbo formalizado el 21 de junio.

“Para el Movimiento 5 Estrellas -explica- si uno quiere irse a un partido diferente al votado por sus electores, renuncia y da paso a otro”. En Italia, Di Maio añade a la dosis del vídeo, “no les importa: una vez que están en el Parlamento los votantes ya no cuentan, lo que importa es la curul, la mega saloon y las ganas de poder”. Una yo acuso lo que lleva a la regla entonces propugnada por el Cinco Estrellas y por el propio Di Maio: quien “traiciona el voto” de los votantes, “se va a casa”. «Llámalo como quieras -concluye Di Maio en el video- vínculo de mandato, seriedad institucional, respeto a la voluntad popular. A nadie se le niega el derecho a cambiar de opinión, pero si lo haces, te vas a casa y te reeligen”.

Las palabras y los tonos de hace cinco años alimentan los sarcasmos de hoy, casi todos dirigidos a la “inconsistencia” de Di Maio y la metamorfosis que vive el propio Movimiento Cinco Estrellas. Además del video sobre los traidores, circulan imágenes con sus citas sobre el tema, como una publicación en Facebook donde propone las mismas tesis reiteradas en ese período de su carrera: los que “se cambian de camisa”, escribió Di Maio en la principios de 2017, muestran que “solo se preocupan por su estado, su salario y su posición”. Entre los memes y posteos irónicos, las imágenes de sillones y “cadreghe” despoblados, la inevitable referencia a los escaños parlamentarios y a la que debería ser la motivación de Di Maio: intentar la reelección en 2023, buscando hospitalidad y votos en una fuerza diferente a la Cinco estrellas. Aunque hay quienes le acusan de otros reposicionamientos, como la alianza con el Partido Demócrata (el “partido Bibbiano”) o la línea anti-ONG, rebautizada como los “taxis marítimos” también en el programa electoral del Cinco Estrellas.

De «bebedor a estadista», las otras ironías en las redes sociales

No faltan las ironías sobre el cambio de percepción del propio Di Maio, quien se ha convertido en un interlocutor cada vez más apreciado en los mismos entornos que se le oponen desde hace años. El giro centrista del canciller parece haberle valido la rehabilitación de partidos y comentaristas que señalaron los vacíos en su currículum académico y político, burlándose de él con los dos apodos más populares entre sus detractores: “Giggino” y sobre todo “Bibitaro”. “, en referencia a su experiencia como comisario en el estadio San Paolo de Nápoles. En Twitter se destaca la metamorfosis “de bebedor a estadista”, subrayando cómo el nuevo rumbo político con Draghi ha quitado años de burla y acercado a Di Maio a los más convencional. Es un “milagro”, comentan algunos usuarios, relanzando los halagadores juicios sobre la “delicada” elección de Di Maio y el sentido de “responsabilidad” mostrado en su cercanía con Draghi. Paradójicamente, las etiquetas que se le habían pegado son las más populares entre sus seguidores del pasado, enfurecidos con la ruptura de uno de los rostros históricos del ascenso del Cinco Estrellas. El “trenegado” ahora es apreciado, al menos en las redes sociales, por sus propios antiguos detractores.



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