El técnico italiano con Bélgica probó al centrocampista del Inter justo detrás del delantero. Y Nicolò pasó la prueba con gran éxito.
Bolsillos, tacones, tiros exteriores, centros perfectos. Primero por las grandes oportunidades creadas, primero por los duelos ganados, primero por las inserciones en el área contraria, primero por la precisión en los pases hacia atrás. El centrocampista ofensivo de Barella, último experimento de Spalletti en el banquillo de la selección, estuvo… precioso. En una palabra. El técnico italiano probó por primera vez al centrocampista del Inter en una nueva zona del terreno de juego, en la que Nicolò prácticamente sólo jugaba en las categorías inferiores cuando aún vestía la camiseta del Cagliari. Pero contra Bélgica, Barella tomó protagonismo.
Y se “dobló”, porque no sólo se disfrazó de 10, despejando balones en zona ofensiva y sirviéndolos siempre perfectamente a sus compañeros, sino que además hizo lo habitual de Barella: rebajarse, destrozar el juego de Bélgica desde el principio. desde el principio, moviéndose de adentro hacia afuera, luchando en el medio como siempre. En resumen, un experimento exitoso y una prueba superada con gran éxito. Barella, el centrocampista ofensivo, puede hacerlo muy bien. El resto no es un descubrimiento de ayer. Luciano Spalletti hizo de la necesidad virtud, y a falta de un 10 real inventó uno.
7 completo
—
“No es fácil flotar en un ‘nuevo’ rol, pero participa dos veces en el 1-0, tiene una brillante intuición para Frattesi y zumba inquietantemente a Onana. Puntuación: 7”. Así analizó La Gazzetta el partido de hoy de Barella. Una valoración que resume bien la actuación del centrocampista nerazzurri ante Bélgica. En el minuto 79, Nicolò tocó el balón más de 70 veces (72). En el trocar. Unas cifras cercanas a los 97 toques de balón que había conseguido Barella en la Liga de Campeones contra el Young Boys, pero en un rol totalmente diferente, el de director. Con tareas claramente más defensivas que ofensivas, con la “obligación” de manejar el balón mucho más que un 10. ¿Qué significa esto? Quizás mucho, quizás un poco, definitivamente una cosa: Barella se mantuvo en el corazón del juego durante todo el partido, protagonista tanto en la zona ofensiva como en las coberturas. Una seguridad. Un asidero al que agarrarse cuando la pelota está caliente.
Anoche Luciano Spalletti sonrió, ¿Simone Inzaghi también sonreirá mañana? Es demasiado pronto para decirlo, pero es difícil formular hipótesis, sobre todo teniendo en cuenta que es poco probable que el técnico nerazzurri se desvíe primero de su formación, el 3-5-2, que por definición no implica el uso de un centrocampista ofensivo, y luego de sus hombres. : Barella sirve a Inzaghi en el centro del campo, ya sea en la posición natural del mediocampo o en la sala de control en casos extremos. Pero quién sabe, tal vez Inzaghi se haya inspirado en Spalletti…
© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS