Los gránulos de caucho, a menudo procedentes de neumáticos de automóviles triturados, ya no podrán utilizarse a partir de 2032 para hacer que un campo de fútbol de césped artificial sea más suave y flexible. La Comisión Europea lucha así contra los microplásticos, pequeñas partículas de plástico que acaban en la naturaleza. Cientos de clubes de fútbol flamencos patean un balón sobre césped artificial: ¿tendrán que instalar una nueva alfombra que cuesta 500.000 euros o hay otra manera?
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