Todo Wogmeer entra en acción para Lonnie, dueña de un café enferma, y ​​su familia

Se hizo cargo del café de su padre Kees, vive encima del establecimiento en Wogmeer y tiene tres hijos con su marido Teun. El más pequeño aún no ha cumplido dos años. Y de repente: un tumor cerebral. Una forma ciertamente agresiva, que reduce a cero todos los planes futuros. Unos meses, tal vez un año. Se trata de un boom sordo que no sólo resuena en el corazón de la restauración de Wogmeer, sino que también llega a todos los salones del pueblo de Koggenland.

“No dije nada durante dos días”

“Mi marido y yo no dijimos nada durante dos días cuando se supo la noticia. Es increíble que alguien de esa edad pronto desaparezca”, dice Sandra van der Linden. De Hoogwoudse y su marido Theo son amigos de la familia De Vries desde hace años. “A los que vivimos en Hoogwoud nos suelen llamar Wogmeerders. A menudo nos pueden encontrar allí”.

Hay muchas cosas por delante para la familia De Vries, además de la tristeza y la inminente despedida de Lonnie. Teun trabaja por cuenta propia y no puede trabajar en este momento. Además de la falta de ingresos, habrá que vender el café y la familia tendrá que mudarse. “Y la despedida tendrá unos costes elevados, porque no hay seguro funerario”.



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