Las acciones del alguna vez célebre proveedor de espacios de oficinas WeWork se han desplomado tras un informe en los medios sobre supuestos planes de insolvencia.
En las operaciones del miércoles en la Bolsa de Nueva York, el precio cayó temporalmente un 47,4 por ciento a 1,1993 dólares. El Wall Street Journal escribió el martes, citando a personas informadas, que WeWork se estaba preparando para declararse en quiebra con protección de acreedores la próxima semana. «No hacemos comentarios sobre especulaciones», dijo un portavoz de WeWork cuando se le preguntó sobre el informe.
Hace unos años, WeWork se convirtió en un ejemplo de advertencia para las empresas emergentes estadounidenses extremadamente sobrevaluadas y recientemente ha vuelto a tener problemas. Ya en agosto la empresa admitió «dudas importantes» sobre su continuidad en vista de sus pérdidas y de sus necesidades de efectivo previstas.
El martes, WeWork dijo que había acordado un retraso adicional de una semana con los prestamistas para continuar con las discusiones. Después de que la empresa no pudiera pagar una deuda que vencía a principios de octubre, comenzó un plazo de 30 días tras el cual se podía declarar oficialmente la insolvencia.
La idea detrás de WeWork es alquilar espacios de oficina con infraestructura compartida a empresas emergentes y emprendedores en los llamados espacios de coworking. Gracias, entre otras cosas, al inteligente marketing de los fundadores, los inversores invirtieron en WeWork por una valoración total de hasta 47 mil millones de dólares.
Con esta reputación como una de las startups más valiosas, WeWork quiso salir a bolsa en 2019, pero en lugar de un triunfo, fue un fracaso. La visión más profunda del negocio contenida en el folleto bursátil hizo que los grandes inversores evitaran la empresa deficitaria.
La debacle de aquel momento resultó especialmente costosa para la empresa japonesa Softbank del multimillonario Masayoshi Son, que se había asegurado con su fondo de inversión Vision, respaldado por dinero de Arabia Saudita, una participación del 29 por ciento en WeWork por 9.000 millones de dólares. Cuando la oferta pública inicial colapsó en 2019, Softbank recaudó otros 9.500 millones de dólares para aumentar su participación al 80 por ciento y expulsar al controvertido cofundador y jefe Adam Neumann.
Pero incluso bajo la dirección de Softbank, WeWork siguió teniendo mala suerte. Durante la pandemia del coronavirus, las oficinas de todo el mundo se vaciaron porque la gente trabajaba desde casa. Incluso después de que la pandemia disminuya, WeWork tiene dificultades para llenar su espacio de oficinas. Al mismo tiempo, hay que pagar los costes de alquiler de los edificios y pagar las deudas.
En 2021, WeWork entró en bolsa dando un rodeo: fusionándose con una empresa de cheques en blanco que ya cotizaba en bolsa. El miércoles, WeWork todavía valía unos 60 millones de dólares con la caída de precio.
NUEVA YORK (dpa-AFX)
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