Tifus violento, Gravina: "Daspo no es suficiente". Abodí: "Basta de relaciones equívocas"

Los dirigentes del deporte hablaron al margen de la presentación del estudio elaborado por la AIC «¡Futbolistas bajo fuego!». Presidente Calcagno: «Datos preocupantes»

Los episodios de violencia en el mundo del fútbol vuelven a aumentar y la preocupación crece. Es evidente en las palabras del presidente de la FIGC, Gabriele Gravina, al margen de la presentación del informe AIC «¡Futbolistas bajo fuego!»: «Hay un clima particularmente delicado que no se puede subestimar. Los datos son preocupantes y resaltan la necesidad por parte de las instituciones, nosotros primero, para seguir construyendo ladrillo a ladrillo una especie de escudo contra las agresiones». Luego destaca un aspecto particular: “Más allá de los casos de violencia física -añade- que en nuestras competencias han disminuido considerablemente, hay una especie de corte pública en las redes sociales que preocupa mucho. Todo eso requiere una intervención drástica en nuestros parte, una acción sistémica para contrarrestar las formas de violencia vinculadas a los leones del teclado». Pero el presidente también lucha con fuerza por la certeza del castigo: «Necesitamos sanciones más duras, no solo de nosotros sino también de los jueces. Cualquier persona identificada por la policía por actos de violencia no puede salirse con la suya con una detención de un «ahora o un día y después con un Daspo. Para nosotros, el Daspo ya no es suficiente. Necesitamos sanciones más fuertes que realmente castiguen a estos infractores, las normas que hemos adoptado son particularmente eficaces en términos de contrastar la lucha contra el racismo y la discriminación territorial. ¿Qué es ahora se necesita una mayor colaboración entre los jugadores del mundo del fútbol y del deporte a través de un mayor y mejor uso de la tecnología».

ABODI Y LOS AFICIONADOS

En la conferencia también estuvo presente el Ministro de Deportes Andrea Abodi, quien está totalmente de acuerdo con Gravina sobre la certeza del penal («Il Daspo no es suficiente»), pero que considera necesario pasar por la escuela (con la Aic los jugadores serán traídos en instituciones). Luego, el ministro destaca otro aspecto: «Lo de la violencia no es una fría estadística sino un grito de alarma. Es difícil de entender, porque entran ciertas pancartas en los estadios, hasta los clubes deben empezar a romper la equívoca relación con la afición. Por cada persona violenta que sale del estadio, entran tres personas normales, las familias. Se necesitan opciones de consistencia, se renueva el compromiso y se crece porque obviamente no es suficiente. El peor ejemplo viene del fútbol profesional, hay mucho influencer hasta en el tono”, remarcó Abodi, señalando también con el dedo a “ejecutivos que se sienten jefes”. Luego comenta sobre la salida del armario de Jankto: «Todo lo que sea una expresión de sinceridad debe verse como un hecho positivo. Cuando no puedes confesar tu elección de vida, significa que el país aún no es maduro y completamente democrático».

CALCAGNO Y ZANIOLO

El informe, que hace referencia a la temporada pasada, analizó 121 episodios. El 68% de los actos violentos afectaron a jugadores de la Serie A, el 85% a profesionales, el 2% a jugadores de ligas juveniles. El 83 % está dirigido al futbolista individual: los motivos son sobre todo el rendimiento (44 %) y el racismo (43 %), el 60 % ocurre dentro del estadio y el 40 % fuera (campos de entrenamiento, desplazamientos al trabajo), el 36 % proviene de los aficionados de su propio equipo. El presidente de la Aic Umberto Calcagno subraya: «La situación es preocupante, hay una tendencia que no me gusta. Cada vez más agresiones a las personas y fuego amigo que tiene nuevos métodos que nos deben llevar a reflexionar». El hashtag de este informe era #nonènormale. Hay que hacer algo más. Si la mitad de los episodios están vinculados a actuaciones contractuales o disputas, probablemente significa que probablemente no hemos sido buenos para hacer entender a la gente que el futbolista es una persona, un chico como ellos. Necesitamos una normalización de la figura del futbolista». Calcagno intervino entonces sobre el caso Zaniolo: «Lamento mucho que cuestiones relativas, no tanto al desempeño en el campo, sino a la relación contractual, laboral, hayan condicionado las opciones profesionales de Zaniolo y también las de la empresa en el mercado. Dependen sobre sujetos que no están relacionados con la relación laboral. Tenemos que normalizar nuestro mundo para esto. Creo que en retrospectiva la situación podría haber sido manejada mejor por todos, pero no puede ser una excusa para la violencia o lo que sucedió. Es No puede ser que no podamos discutir con un entrenador o un presidente porque hay este tipo de consecuencias. Es una relación que hay que resolver en ese contexto».



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