Después del 1-1 en Kilmarnock, todo sigue abierto, pero el Cercle tiene algunas bazas. Mañana unos 8.000 seguidores verdinegros ahogarán a los 2.500 escoceses en el Jan Breydel. El estadio en sí también es una ventaja.
“Tenemos que aprovechar el césped natural y el gran terreno para usar nuestra agilidad y velocidad en ataque. Entonces podemos hacerles daño. Jan Breydel nos permitirá salir de la presión y aprovechar el espacio detrás de ellos. Kilmarnock Esto le resulta difícil”, explica el entrenador Muslic.