Una parte importante de los deseos de los escritores se han cumplido. La oferta de los estudios incluye un aumento salarial gradual durante la vigencia del contrato, mejores acuerdos de salud y pensiones y acuerdos claros sobre el papel de la inteligencia artificial (IA) en el trabajo. Por ejemplo, según el nuevo contrato, los escritores ahora pueden optar por utilizar la IA al redactar guiones bajo ciertas condiciones, pero un productor o estudio no puede exigir su uso.
Los guionistas están en huelga desde principios de mayo, en parte porque querían más regalías, creían que merecían acceso a las cifras de audiencia de los servicios de streaming y exigían mejores reglas para el uso de la IA en la creación de guiones.
Las negociaciones estuvieron estancadas durante meses. Poco después de que se reanudaran las conversaciones, los estudios y servicios de streaming, unidos en la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), hicieron el pasado sábado una ‘oferta final’ para un nuevo contrato de tres años.
Tras una recomendación positiva del comité de negociación, la junta directiva de la WGA aceptó la propuesta el martes (hora local). El consejo también votó por unanimidad a favor del fin temporal de la huelga. Sólo podría empezar de nuevo si los miembros del sindicato no aceptan el nuevo contrato la próxima semana, lo que no se espera.
Aclamación de los actores
En julio, los guionistas recibieron el apoyo de los 160.000 miembros del sindicato de actores SAG-AFTRA. Tampoco quedaron satisfechos con las condiciones ofrecidas en un nuevo contrato con la AMPTP. Las huelgas simultáneas ejercen una presión adicional sobre los estudios y los servicios de streaming. Una gran parte de la producción en Estados Unidos se paralizó. Los actores tampoco se presentaron para promocionar películas y series ya terminadas, lo que significó que una gran cantidad de películas que debían estrenarse este año se pospusieron para el año pasado.
Se estima que la huelga de ambos sindicatos ha causado daños económicos por valor de 5.000 millones de dólares (4.700 millones de euros) sólo en el estado de California. La economía local también sufrió consecuencias negativas en otros estados donde se realizan muchos rodajes, incluidos Nueva York y Georgia.