La etíope Betty van Brunschot tuvo una infancia traumática en una familia adoptiva. Ella cuenta cómo fue encarcelada como castigo, abusada, humillada e incluso rapada. No se vieron ni se escucharon señales de abuso. Ahora cuenta su desgarradora historia con escalofriantes detalles para abrir los ojos de personas e instituciones. “Si no hubiera huido, todo habría terminado igual que con la niña adoptiva de Vlaardingen”.
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