Las suyas son historias de extraordinario coraje y determinación. Unas vidas en las que la discapacidad, por un lado, y la necesidad de escapar de su país de origen, por el otro, no les han impedido perseguir un sueño. Como en el caso de Zakia, a quien la toma de Kabul por los talibanes le impidió viajar a Tokio 2020, pero ni siquiera entonces se rindió.