Las manifestaciones contra ella y su gobierno se prolongaban desde hacía semanas, a pesar de la dura represión de las fuerzas de seguridad y de más de 300 muertes. El asalto a su residencia en la capital, Dhaka, por parte de decenas de miles de manifestantes la llevó a dimitir. El jefe del ejército, Waker-Uz-Zaman, formará un gobierno interino. Las protestas organizadas por estudiantes contra las normas de contratación en la administración pública, consideradas discriminatorias, fueron el origen de los disturbios que han causado más de 280 muertos y más de 400 heridos desde el 16 de julio.