La extendida práctica, entre niños y adolescentes, de pasar la noche con un amigo, entre patatas fritas, películas y sacos de dormir, se ha convertido en un tabú. Demasiados peligros (reales o percibidos): desde el alcohol hasta las armas, pasando por el abuso de la Red y… azúcares simples. Según los expertos, los padres viven con una perenne sensación de riesgo, amplificada por las redes sociales. ¿Solo en América?