Con una sentencia histórica, la Corte Constitucional estableció la irrevocabilidad del consentimiento del hombre, aunque se separe de la mujer con la que ha elegido la procreación asistida. La Consulta salvaguarda así la salud de la mujer que, para la Pma, ha puesto “a disposición su propia corporalidad”. Con una importante inversión física y emocional en función de la crianza que implica riesgos, expectativas y sufrimiento»