La caricatura de esta semana de la columna de la Fundación Carolina es como siempre divertida pero tiene un contenido muy serio: trata sobre reglas y prohibiciones en el mundo digital. Las políticas de las distintas redes sociales y aplicaciones, que oscilan entre los 13 y los 16 años, son regularmente ignoradas, incluso en lo que respecta a la entrega de los primeros teléfonos inteligentes, en muchos casos ahora con menos de diez años. Pero “el límite para la entrada de menores al mundo digital” no se decide por casualidad. «Está vinculado al conocimiento que tenemos hoy sobre la maduración y el desarrollo del cerebro», explica Stefania Manetti, presidenta de la Asociación Cultural de Pediatras (ACP)

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