Pasó el 25 de noviembre, entre los minutos de silencio institucional y el ruido de las mujeres en las plazas. Se aprobó, con aceleración récord, la ley contra la violencia contra las mujeres. ¿Lo que queda? Quedan mujeres que, en sus hogares, sufren violencia: física, psicológica, económica. Y tienen que decidir si denuncian o no. Quedan los operadores de los centros antiviolencia que luchan para apoyarlos con la fuerza que tienen. Queda un niño, Filippo Turetta, que llora y confiesa que yo la maté. Sin embargo, las peticiones también persisten: alrededor de un centenar se lanzaron en Change.org en una semana. Recogida de firmas sobre el tema de violencia contra las mujeres, que recogió un total de casi 150 mil firmas y miles de comentarios. Una señal de una movilización popular que, confiamos, no está destinada a terminar con el cambio de mes.

Protesta contra la propuesta de iniciativa popular que quiere obligar a las mujeres a escuchar los latidos del corazón del feto para poder abortar. Pero también recolectar firmas a favor de un proyecto de ley que proteja la autodeterminación reproductiva. La batalla de Libera di Abortire

4 firmas en RAMS Başakşehir