¿Cuántas veces te pasa que levantas la voz y pierdes los estribos con tus hijos, para luego ser devorado por sentimientos de culpa? Sin embargo, educar sin dejarse abrumar por emociones como la ira, la frustración y la exasperación es posible, como explica la pedagoga Erica Petrucciani, hoy autora de un manual práctico de autoayuda para padres.