“Solo me escucha porque le pago”, “Si me abro, quién sabe qué voy a descubrir”, "Necesito unas vacaciones, no alguien que me escuche". O de nuevo “¡Pero claro, no estoy loco!”. O: "Incluso si quisiera, no podría cambiar". Estos son algunos de los muchos clichés aún difundidos sobre la terapia psicológica. Danila De Stefano, CEO y fundadora de Unobravo, explica por qué realmente vale la pena quitárselos, uno tras otro