Tabú de San Siro, derrotas seguidas y goles perdidos: ahora da miedo el regreso con el Benfica

Un punto en los últimos cinco partidos de Serie A y tres eliminatorias seguidas en el Meazza como nunca en la historia del club nerazzurri: alerta roja para Inzaghi

La derrota del Benfica ante el Chaves no consuela. Al menos no consuela a aquellos hinchas del Inter que abuchearon a su equipo tras los noventa, derrotados por tercera vez consecutiva en casa en Liga, y sin marcar un solo gol. Nunca había sucedido en la historia de los nerazzurri. El miércoles, los de Inzaghi también podrán darse el lujo de perder 1-0 para clasificarse para las semifinales de la Champions League, pero en un partido importante y muy delicado como es el de los Águilas de Schmidt, llegarán con el ánimo bajo y con muchos miedos en la cabeza. Porque ya no saben marcar, porque se les ha escapado el cuarto puesto de la liga y porque, más allá de las fronteras nacionales, todo parece ir mal. Once eliminatorias en la Serie A son una cantidad enorme para un Inter que había sumado apenas cuatro en la 2021-22 y que había perdido el Scudetto en la última jornada.

Accesorio estéril

Cuesta pensar que un equipo con un departamento ofensivo formado por Lukaku, Lautaro, Dzeko y Correa no pueda encontrar el camino del gol de forma continuada. En las últimas 5 jornadas de la Serie A, los nerazzurri han rematado 113 veces hacia la portería contraria (26 esta noche) y solo han marcado una vez de juego abierto (con Gosens en Bolonia) y una de penal (con Lukaku en La Spezia). Una cifra increíble que se vuelve aún más preocupante cuando se combina con la cantidad de goles marcados en las últimas 12 jornadas del campeonato: apenas 10. En los primeros 18 partidos de la Serie A hubo 38 goles: el promedio pasó de 2,1 a 0,8 encuentros. Imposible encontrar una explicación lógica ante semejante derrumbe. Ciertamente no se puede dar todo el crédito a los porteros contrarios. Eso sería demasiado simple. Hay que atribuir muchas faltas a los nerazzurri que carecen de frialdad de cara a la portería, intentan tiros poco realistas desde fuera, no atacan con la profundidad suficiente con malicia o casi nunca crean superioridad numérica debido a la incapacidad crónica de saltar al rival con el regate. Además, no hay líderes en la plantilla capaces de arrastrar a sus compañeros en los momentos de dificultad, de dar un susto en las tardes complicadas. Inconscientemente es como si este Inter se reservara lo mejor de sí mismo para las noches europeas o la Coppa Italia. Pero al hacerlo corre el riesgo de quedarse fuera de la próxima Liga de Campeones, a menos que gane la que está jugando ahora, en la final en Estambul el 10 de junio.

Bloqueo mental

La sensación es que el grupo está mentalmente bloqueado. Desde el 23 de enero, cuando perdió en casa ante el Empoli y se despidió definitivamente de su sueño del Scudetto, la luz se ha ido en la Serie A. Llegaron las derrotas ante Bologna, Spezia, Juventus, Fiorentina y Monza, el equipo ha perdido certezas y vive cada partido como… una película ya vista: empieza bien, toca la red, pero luego se desune, encaja un gol y se va. naufragado Quizás algunos jugadores estaban inconscientemente convencidos de que, de alguna manera, la clasificación para la Liga de Campeones habría estado «garantizada» por una competencia irresistible. Ahora tal vez sea necesario revisar algunos cálculos. Los aficionados mayores ya comparan a este Inter con el que terminó el campeonato cerca de la zona de descenso en 1993-94, pero logró ganar la Copa de la UEFA. Si Barella y sus compañeros levantaron la Copa en Estambul, San Siro perdonaría noches como la de Empoli, Fiorentina o Monza. Sin el trofeo más codiciado y la entrada entre los cuatro primeros, sin embargo, será una revolución: no solo se irá Inzaghi, sino también varios jugadores. Sin embargo, habrá tiempo para las pruebas al final de la temporada. Ahora solo cuenta el Benfica, a la espera de no revivir una noche más como Pazza Inter.



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