Superyates: los oligarcas de Rusia navegan hacia aguas más seguras


Las cosas iban muy bien para la industria de los superyates. La demanda durante la pandemia ayudó a impulsar las ventas. Estos alcanzaron un récord el año pasado de 887 barcos, el doble de lo vendido en 2019. Pero el viento ha cambiado. Las sanciones económicas a Rusia dolerán.

Los multimillonarios del país brindan mucha atención, poseyendo hasta una décima parte de los barcos existentes. Los constructores navales alemanes Lürssen y Blohm+Voss son marcas populares. Pero los superyates vinculados a Rusia ahora están huyendo de lugares de reunión ricos en Europa a medida que se avecinan incautaciones de activos.

Los santuarios libres de sanciones son destinos necesarios. Las Maldivas son las más populares según el servicio de rastreo de barcos MarineTraffic. Superyates pertenecientes a al menos cinco oligarcas han atracado en la capital, Malé. Estos incluyen el Clio, supuestamente propiedad del magnate de los metales Oleg Deripaska, quien fue sancionado por Estados Unidos en 2018.

Según los informes, el yate Blohm+Voss de 269 pies del presidente Vladimir Putin, Graceful, partió de Alemania hacia el enclave ruso de Kaliningrado dos semanas antes de que comenzara el conflicto en Ucrania.

Dos de sus socios cercanos claramente no recibieron una advertencia temprana. El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, dijo que el Amore Vero propiedad de Igor Sechin había sido incautado. El buque perteneciente al director ejecutivo de la compañía petrolera estatal Rosneft fue incautado en La Ciotat, cerca de Marsella.

Pero conectar estos superyates con cualquier individuo en las listas de sanciones no es tan fácil. Por ejemplo, el Dilbar de 600 millones de dólares perteneciente a Alisher Usmanov, propietario del conglomerado industrial Metalloinvest, habría sido incautado en Hamburgo. Las autoridades alemanas lo negaron más tarde. Si bien es posible que Usmanov esté en las listas de sanciones, demostrar que el barco le pertenece podría ser más complicado. No obstante, el barco permanece atascado en Hamburgo.

Según el experto en sanciones Martijn Feldbrugge, “Imponer sanciones tiene un efecto, pero ponerlas en práctica, especialmente en activos reales, es donde comienzan los problemas legales”. Muchos de los oligarcas de Rusia han estado en situaciones difíciles con las autoridades antes. La propiedad de los activos se puede ocultar a través de múltiples capas en diferentes jurisdicciones.

La vacilación de las autoridades alemanas para apoderarse del Dilbar probablemente refleja la dificultad de esta tarea. Eso sugiere que estos yates seguirán buscando puertos seguros durante algún tiempo.



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