Se requieren medidas de seguridad adicionales para un pequeño grupo de sospechosos y delincuentes detenidos. Solo así se podrá impedir que continúen con sus actividades delictivas desde la prisión. Así lo afirma un aviso publicado el jueves por el Consejo para la Administración del Derecho Penal y Protección de la Juventud (RSJ).
Estas medidas deben, entre otras cosas, adaptarse lo más posible al comportamiento y los riesgos de los detenidos individuales.
El endurecimiento de la delincuencia es un problema actual para la sociedad. “En el sistema penitenciario también hay un pequeño grupo que representa una gran amenaza, por ejemplo, por el riesgo de socavar el estado de derecho o amenazar a las personas”.
Es necesario brindar seguridad adicional a los detenidos que representan un gran peligro, según el RSJ. “Debido a que una seguridad más estricta siempre conduce a mayores restricciones de los derechos o libertades, se debe prestar atención al trato y la situación legal de estos detenidos”.
Debe garantizarse la libertad de circulación
El RSJ aconseja, entre otras cosas, garantizar la libertad de movimiento y la privacidad de los detenidos, porque los estrictos regímenes de seguridad tienen un gran impacto en esto. “Las restricciones severas a la libertad de movimiento y contacto con el mundo exterior pueden conducir a un alto grado de aislamiento social. Los efectos negativos de esto deben evitarse tanto como sea posible”.
El principal sospechoso de Marengo, Ridouan Taghi, entre otros, se encuentra en el régimen más estricto posible para los Países Bajos en la institución de seguridad extra (ebi) en Vught. Su abogada Inez Weski ha presentado varias denuncias y presentado casos contra, entre otros, el EBI debido a las estrictas medidas.
Por ejemplo, según ella, Taghi ha estado completamente solo en un departamento sin compañeros detenidos durante más de tres años, tiene cámaras de vigilancia las 24 horas y solo se le permite un contacto (telefónico) muy limitado con los demás.