Este verano nos mudamos a Suecia en busca de más paz y espacio. Durante un paseo por el bosque de nuestros vecinos, de repente siento la necesidad de hacerlo. Convencido de que estoy solo, me agacho para hacer mis necesidades. Aliviado, continúo mi paseo por el bosque. Después de unos minutos mi mirada se posa en un cartel amarillo: ‘Cámara de vida silvestre activa. Comuníquese con el propietario para verificar si está en la pantalla. El próximo viernes nos han invitado a una cena con todos los vecinos. Me pregunto si mi sueco es lo suficientemente bueno como para notar si hablan de mi andar «relajado».
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