“Estábamos en la calle aquí detrás de nosotros. Éramos felices, oíamos tambores, oíamos tambores”, cuenta Fabrice Collignon a ‘VTM Nieuws’. “En una fracción de segundo, la música se convirtió en gritos”. Según Collignon, el coche no habría frenado. “Era como algo que verías en una película”, dice. Describe cómo los cuerpos caían a la izquierda ya la derecha. “Había alegría y en un segundo se ha convertido en un caos total, un caos indescriptible”.
Collignon dice que no le gusta el dicho “en el lugar correcto en el momento correcto” o “en el lugar equivocado en el momento equivocado”. Cuenta cómo treinta segundos antes del choque se paró justo frente a los tambores, en medio de la carretera. “Me llamaron al costado. Me moví un metro y luego el auto me golpeó”, dice. Dos de las tres personas que Collignon conocía bien han muerto, la otra está gravemente herida.