Sri Lanka se ve obligada a dar un giro en U del FMI después de que la crisis financiera desencadene protestas


Sri Lanka ha iniciado conversaciones con el FMI sobre un paquete de alivio de la deuda después de que las protestas por la profundización de la crisis económica obligaron al gobierno de Gotabaya Rajapaksa a dar un giro radical en su política.

El presidente le dijo al país el miércoles por la noche que estaba “intentando resolver de inmediato esta crisis y brindar alivio a la gente”.

“Después de mis discusiones con el Fondo Monetario Internacional, he decidido trabajar con ellos”, dijo Rajapaksa, según una transcripción de sus comentarios del periódico Daily FT de Sri Lanka. “A través de esas discusiones, esperamos encontrar una manera de pagar nuestras cuotas anuales de préstamos, bonos soberanos, etc.”.

Sri Lanka se ha enfrentado durante meses a un dolor económico cada vez mayor, ya que sus reservas de divisas extranjeras agotadas provocaron escasez de importaciones y combustible, cortes de energía e inflación de dos dígitos.

Miles de manifestantes y partidos de oposición se reunieron en Colombo esta semana para pedir al gobierno de Rajapaksa que renuncie por su manejo de la economía.

El gobierno ha insistido hasta ahora en que Sri Lanka podría sortear la crisis sin la asistencia del FMI. Pero su estrategia, que implicaba obtener ayuda bilateral de países como India y un resurgimiento del turismo después de la pandemia, fue descartada por muchos inversores y analistas como poco realista.

La nación insular tenía pagos de deuda e intereses por valor de unos 7.000 millones de dólares este año, dijo su ministro de finanzas, Basil Rajapaksa, al Financial Times en enero. Pero los analistas estiman que las reservas utilizables de moneda extranjera han caído hasta los 500 millones de dólares.

Entre sus desafíos más inmediatos se encuentra un bono de mil millones de dólares con vencimiento en julio, que muchos inversionistas se muestran escépticos de que Colombo pueda pagar sin una reestructuración.

Sri Lanka es el mayor emisor de bonos de alto rendimiento de Asia y se endeudó mucho en los años posteriores al final de la guerra civil de 2009. Nunca ha fallado.

Alrededor de un tercio de sus deudas se deben a tenedores de bonos internacionales, mientras que otros grandes acreedores incluyen países como China e India. Se espera que finalice una línea de crédito de mil millones de dólares esta semana con Nueva Delhi.

Sin embargo, después de que Rajapaksa llegara al poder en 2019, su gobierno introdujo grandes recortes de impuestos que erosionaron la base de ingresos de Sri Lanka. Combinado con el golpe al turismo por la pandemia de Covid-19, provocó una serie de rebajas de calificación a territorio basura, dejando a Sri Lanka fuera de los mercados de deuda internacionales e incapaz de refinanciar.

Los analistas dijeron que cualquier programa con el FMI probablemente implicaría la reestructuración de sus deudas para llevarlas a niveles sostenibles.

En un documento de consulta con Sri Lanka publicado este mes, el FMI advirtió que los desafíos incluían “una deuda pública que ha aumentado a niveles insostenibles, bajas reservas internacionales y necesidades financieras persistentemente grandes en los próximos años”.

Si se reestructura, Sri Lanka se unirá a países como Surinam, Belice, Zambia y Ecuador que han incumplido sus deudas durante la pandemia.



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