Primero la historia de su suegra y su esposa (él siempre se ha declarado extranjero) que terminaron bajo el escrutinio de la justicia por la gestión de dos cooperativas en la provincia de Latina. Luego las dudas sobre los miles de euros recaudados para donar juguetes en un gueto de inmigrantes donde, sin embargo, hay muy pocos menores. Son las sombras sobre Aboubakar Soumahoro, el sindicalista nacido en Costa de Marfil y diputado electo por la alianza Verde-Izquierda que ahora corre el riesgo de ser suspendido por el movimiento con el que llegó a la Cámara el 25 de septiembre.
La petición de aclaración de Verdi y la izquierda
Alleanza Verdi e Sinistra han solicitado una reunión con su diputado Soumahoro para “tener de él elementos de evaluación que ayuden a aclarar” porque, neto de la solidaridad personal y de los aspectos judiciales “que se aclararán en los foros apropiados”, el caso “toma también una importancia política que concierne a todos aquellos que, como nosotros y Soumahoro, desempeñamos un papel público».
Nicola Fratoianni, líder de la izquierda, dijo en Agorà sobre Rai Tre: «Nos reuniremos con él en estas horas, en estos días para una comparación. Pienso que el asunto judicial siempre debe mantenerse distinto, muy claro, que además, por lo que leemos, ni siquiera parece involucrarlo directamente y en todo caso el Poder Judicial trabaja en el campo judicial, los que realizan el trabajo de investigación. , no intervienen, que yo sepa, se refiere, al menos directamente, al debate político. Luego está la dimensión de la política que se refiere a cuestiones de derecho laboral. Y sobre esto creo que es correcto tener una comparación directa. Cuando lo hayamos tenido en las próximas horas, todo el mundo hará valoraciones». No hay hipótesis de suspensión en juego, aseguran fuentes de la alianza rojiverde
La investigación sobre las cooperativas
La historia de la suegra Marie Therese Mukamitsindo y su esposa Liliane Murekatete se refiere a su papel en la gestión de dos cooperativas pro-migrantes en la provincia de Latina, Aid Consortium y Karibu. El fiscal pontino investiga (por el momento sin hipótesis de delito) por eventuales irregularidades en los contratos pero también se habla de malas condiciones de asistencia a los menores alojados en esas estructuras. La Policía de Hacienda habría iniciado meses atrás los controles por el delito de defraudación por impago de salarios, según habían denunciado una treintena de trabajadores. Tiempos, circunstancias y números que han sido confirmados por el relato de los sindicalistas que les han dado apoyo: «Al principio – explicó el secretario de Uiltucs de Latina Gianfranco Cartisano – había una decena, incluso madres que nos denunciaban irregularidades. Entonces otros también se animaron. Seguimos a 26 personas. Los salarios tenían al menos 12 meses de retraso, pero para cuatro trabajadoras incluso 18 y 22 meses de retraso». El asunto es delicado porque las dos cooperativas también se han encargado de los servicios de acogida de los solicitantes de asilo en el área pontina, y los sindicatos se refieren a proyectos “financiados por la Región del Lacio y varios municipios de la provincia, incluida Latina”.
Marie Therese Mukamitsindo, presidenta de la junta directiva de “Karibu” y suegra del diputado de la Alleanza Verdi e Sinistra, se defendió dejando claro que si no se han pagado los salarios es “porque ellos también “, la cooperativa, “están a la espera de recibir dinero de los clientes públicos. En efecto, estarían presionando precisamente “en un intento de saldar las deudas con los trabajadores”.