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Como parte de un ambicioso plan para mantener su lugar predominante en el mundo de los videojuegos, se espera que Sony aumente su inversión en investigación y desarrollo en el sector. El grupo gastará más en esta rama que en electrónica y semiconductores.
La inversión de Sony se centra en los videojuegos como servicio
En total, Sony invertirá 2.200 millones de dólares hasta el próximo abril, y esta inversión debería renovarse para los próximos años. Esto es más del doble de lo que gastó hace tres años en investigación y desarrollo de videojuegos. A modo de comparación, Sony gastó poco menos de mil millones de dólares entre marzo de 2019 y marzo de 2020, justo antes del lanzamiento de PlayStation 5. Ahora, este sector representa el 40 % del presupuesto total anual de I+D de la empresa.
Con esta inversión, Sony se centrará en la producción de videojuegos como servicio (GaaS). Este tipo de título se basa en un modelo de negocio que anima a los jugadores a pagar por las nuevas funciones incluidas en las últimas actualizaciones. Para 2026, la empresa tiene como objetivo ofrecer 10 GaaS. Para conseguirlo, dedicará el 60% de su presupuesto de I+D a su desarrollo.
Para que los jugadores lo aprovechen, Sony bien podría lanzar su propio servicio de juegos en la nube y así competir con Xbox Cloud Gaming de Microsoft. Actualmente se están estudiando dos posibilidades. La empresa decidirá transmitir los juegos desde los centros de datos a los dispositivos conectados de los jugadores, o el juego se transmitirá desde una PlayStation ubicada en la casa del usuario directamente a su teléfono inteligente, tableta o computadora.
Centrarse en la realidad mixta para diferenciarse de Microsoft
La otra línea de trabajo de la firma japonesa se centra en la realidad mixta. Parte de sus estudios se centrarán en mejorar la PlayStation VR2, el casco de realidad virtual asociado a su última consola doméstica. A medio plazo, la compañía quiere ofrecer complementos que permitan disfrutar del metaverso en las mejores condiciones.
Su principal rival, Microsoft, no tomó ese camino y prefirió adquirir editoriales y firmar acuerdos con varios estudios de desarrollo. Su adquisición de Activision Blizzard por 68.700 millones de dólares también es analizada por muchos reguladores antimonopolio.
Sony impugnó enérgicamente esta operación, considerando que varios títulos desarrollados por Activision Blizzard que pasan bajo el yugo de Microsoft pasarían a ser exclusivos de Xbox. Aunque ambas empresas han autorizado a Sony para acceder obligaciones durante diez años, el grupo japonés lo rechazó, considerándose agraviado.