Desde Hildburg Bruns
La gobernante Franziska Giffey (44, SPD) defiende su idea: si el alquiler supera el 30 por ciento de los ingresos familiares (neto), los inquilinos con problemas de liquidez deberían poder pedir una reducción al propietario.
Este compromiso voluntario, que Giffey está negociando con asociaciones y gigantes inmobiliarios, se aplicará a 1,1 millones de pisos de alquiler en Berlín. Las críticas han venido de muchos sectores: del FDP a la izquierda, del Bundestag a su propia coalición.
Una de las grandes preocupaciones: esto reduce las posibilidades de éxito para los inquilinos con bajos ingresos cuando buscan un apartamento, porque los propietarios prefieren a los de altos ingresos.
Giffey responde: “El límite del precio de alquiler es solo una parte de varias medidas que estamos discutiendo actualmente. También incluye cuotas de WBS para nuevos alquileres y nuevas construcciones, para que las personas con ingresos bajos y medios tengan una buena oportunidad de encontrar un apartamento. Actualmente estamos negociando qué tan altas pueden ser estas cuotas”.
El borrador del acuerdo, que está a disposición de BZ y se firmará el 20 de junio, establece que las grandes empresas privadas de vivienda se comprometen a ceder el 25 por ciento de los apartamentos que queden vacantes a inquilinos con un certificado de derecho a la vivienda (WBS), es decir, cada cuatro.
También se está negociando si el máximo aumento de alquiler posible en Berlín, dado que el mercado inmobiliario está ajustado, se reducirá del 15 por ciento actual al once por ciento en tres años a partir de principios de 2023. El gobierno federal quiere introducir el nuevo tope más tarde.