tte dicen un “no” que te parece mal, te salta la mosca en la nariz y con cortesia pero firme determinacion trabajas desde hace casi veinte años como una gota inexorable que cava la montaña hasta llegar a la meta. No sólo: un proyecto que tiene un impacto en la construcción de la identidad de Europa casi más que el euro. El mérito es de Sofia Corradi, reconocida y galardonada pedagoga, nominada por el presidente Sergio Mattarella Comandante de la República y galardonada por el rey Felipe VI de España con el prestigioso Premio Europeo Carlos V. Sobre todo, Corradi es conocida como “Mamma Erasmus”: si millones de jóvenes han podido viajar arriba y abajo del Viejo Continente se lo deben a ella que dio origen a Erasmus, el programa de intercambio internacional de estudiantes que, hasta la fecha, ha supuesto una experiencia en el extranjero de casi cinco millones de jóvenes, de procedencia italiana, francesa, española y europea.
El Erasmus de Sofia Corradi: 18 años para su aprobación
Sofía Corradi lo concibió en 1969, la UE lo lanzó en 1987: 18 años en los que el pedagogo trabajó con paciencia y entusiasmo indómito, contactando a los rectores de todas las universidades europeas, convenciendo a sus esposas, “dabbing” a ministros y burócratas en la verificación de recursos económicos. Y sonando pequeñas aperturas y pasos adelante con derroche y desinteréshasta el punto de convencer al presidente francés François Mitterrand para apoyar el proyecto. “Más de una vez, para que alguien importante me llamara por teléfono, tuve que decir que yo era la secretaria del profesor Corradi”, se ríe el profesor.
El nacimiento del proyecto Erasmus
La idea nació precisamente de un “no” descarado: en 1959en sus tempranos veintes, ella acaba de regresar de la Universidad de Columbia luego de un año de maestría en Derecho Comparado cursado gracias a la beca Fulbright. Está entusiasmada con la experiencia, necesita tres exámenes para graduarse en Derecho en La Sapienza en Roma. Ya los apoyó en Nueva York, por lo que exige que sean reconocidos. Literalmente se le ríen en la cara, Sofía da sus exámenes de regreso a Roma pero en su interior arraiga esa idea de aspecto descabellado que hoy en día se ha convertido en una forma de vivir y de pensar en estudiar, Interculturalidad y Europa: un proyecto de estudio reconocido mutuamente por universidades de diferentes países.
Dieciocho años de intentos: ¡la palabra obstinación quizás no sea suficiente! ¿Qué le dio fuerza y durabilidad a su determinación?
Avancé paso a paso, sin saber cuantos otros obstáculos surgirían, de vez en cuando pensaba que estaba a un paso del resultado y en cambio… Así año tras año llegué al fondo.
A veces el no recibió más ayuda que el sí para seguir su propio camino…
Los “no” que recibes son sin duda un gran estímulo para cambiar las cosas y para mí representaron el punto de partida. Por supuesto, se necesita un gran espíritu de lucha: rendirse es simple, entablar una o más batallas para lograr que el “no” se convierta en un “sí” es un desafío, pero brinda una enorme satisfacción. Sinceramente estaba pensando en un camino más rápido, pero el resultado no llegaba y no quería “rendirme”. Pero al final, con un poco de rabia y mucha diplomacia, logré llegar a la meta.
¿Qué consejos para una chica de hoy?
A las chicas de hoy les aconsejo que perseveren, que no se rindan y que tengan fe en sí mismas. Pero muchas veces el secreto está en ir acompañado de una buena dosis de diplomacia y flexibilidad.
Erasmo es un homenaje a Erasmo de Rotterdam, teólogo errante, autor del Elogio de la locura: ¿se necesita un poco para cambiar el mundo?
El nombre del Programa en realidad proviene de un acrónimo que se creó en parte a propósito (Esquema de Acción de la Región Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios). Sin embargo, el personaje de Erasmo de Rotterdam se presta muy bien para representar algunos aspectos que lo animan. Está el tema de los viajes ante todo, del amor por estudiar, y sí, por qué no, esa pizca de locura que es la base de todos los sueños que nos parecen imposibles. Cambiar las cosas es una de ellas y sin un poco de locura te arriesgas a rendirte.
¿Cuál fue el momento en que se dio cuenta de que lo que estaba haciendo tendría un impacto poderoso en los jóvenes?
El Programa se inició en 1987 con el movimiento de un número relativamente modesto de estudiantes, luego, dado el gran éxito y los recursos asignados, alcanzó números inesperados. La sensación del gran impacto que percibí desde el principio, en las historias de los alumnos que regresaban de la experiencia. El cambio, el crecimiento, la maduración fueron evidentes y sobre todo los alumnos estaban felices, satisfechos y orgullosos de sí mismos, llenos de ilusión y de nuevas amistades, de nuevas relaciones con compañeros de diferentes países. ¡El horizonte se había abierto! La frase más común sigue siendo “Erasmus me ha cambiado la vida”.
¿Estás en contacto con los erasmusianos?
Por supuesto, los erasmusianos me buscan, los siento y los encuentro con un inmenso placer. Lamentablemente la pandemia ha cambiado mucho la vida relacional de todos nosotros, espero que en el futuro vaya mejor. También es bonito ver el “efecto secundario” de los amores nacidos en Erasmus. Y más de una pareja me ha hecho el gran e inesperado honor de llamar a la pequeña Sofía. ¡Un gran regalo!
¿Te gusta que te llamen “Mamá Erasmus”?
¡Así es como me siento! Tuve la idea del programa para darles a los jóvenes la oportunidad que yo no había tenido, para que estudiar en el extranjero no fuera solo un privilegio para aquellos que económicamente se lo podían permitir. Lo hice con espíritu maternal, como toda madre trata de hacer mejor el futuro de sus hijos.
Sus nietas están a punto de irse…
Partirán en septiembre, uno para Francia, el otro para España. ¿Mi consejo para ellos? ¡Lleva la maleta de tus sueños contigo y deja todos los demás pensamientos en casa, incluidos familiares y parientes! Animaré desde Italia como todas las demás “abuelas Erasmus”.
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