Skriniar toma tiempo: el partido aplazado, reflexiona el eslovaco. Pero el Inter tiene confianza

El cara a cara con los agentes en diciembre, el nodo de bonificación aún está por resolver

Vincenzo D’Angelo-Carlo Laudisa

La espera genera ansiedad, miedo a lo inesperado. Y cuando se trata de la renovación de jugadores icónicos, la agonía de los fanáticos aumenta cada día que pasa. Los nerazzurri ya votan desde hace tiempo: “Skrigno no se puede tocar”. Y lo hizo de todas las formas posibles, con pancartas apareciendo bajo la sede del Inter, con cánticos en el estadio, pero sobre todo en las redes sociales, donde el hashtag en cuestión marcó tendencia durante todo el verano. Pero el anhelo popular por el Milan Skriniar encaja a la perfección con el pensamiento del club y, de hecho, los trabajos diplomáticos para la renovación del contrato comenzaron hace meses. Una solución que a ambas partes les gustaría, pero que aún no está tan cerca de un final feliz. A principios de noviembre, Marotta había ido más allá con optimismo: “Planeamos cerrar con el parón del Mundial”. No fue así, los tiempos evidentemente se han dilatado: a la fecha los contactos entre las partes se mantienen continuamente actualizados, pero aún existe un desfase entre la oferta y la demanda. Nada insuperable, por favor. Pero mientras tanto, el tiempo corre: ya debería haber tenido lugar una reunión este fin de semana, pero Skriniar ha decidido tomarse unas vacaciones en Dubai antes de regresar a Italia. Donde lo espera Inzaghi para la preparación, pero también la dirección nerazzurri para acelerar el tema de la renovación. En definitiva, el horizonte temporal se ha desplazado ahora a diciembre.

Asalto rechazado

En el Inter nunca nadie ha dicho ni insinuado que el futuro de Milan Skriniar estaría lejos del Milan, simplemente la lógica del mercado de fichajes convirtió al eslovaco en el jugador nerazzurri más codiciado del pasado verano. El PSG hizo todo lo posible por traerlo a Francia, ofreciendo al jugador el triple de lo que recibe hoy en el Inter, además de un proyecto técnico que ponía como objetivo principal la victoria en la Champions League. Pero ni Skriniar ni el Inter han presionado demasiado por la transferencia. De hecho, el club se ha atrincherado tras una petición de 80 millones de euros. Para un jugador que vence el próximo verano equivale a decir “no está en el mercado”. Y tras el no definitivo del presidente Zhang, comenzaron las primeras maniobras en busca de un nuevo acuerdo, para no perder tan preciada joya en un traspaso gratuito y rechazar los avances del PSG.

Negociación

En los últimos meses las partes siempre han dialogado de manera muy constructiva. En particular, los nerazzurri apreciaron la actitud leal del jugador, incluso en los momentos más calientes de las negociaciones de verano con el PSG. Es cierto que el Milan se ha mantenido atento a la opción del Inter, sin prestar nunca especial atención a los halagos que le han llegado desde muchos frentes. En el fondo, sin embargo, queda la negociación económica, con sus asperezas. Marotta y Ausilio tienen un techo imbatible: seis millones de euros netos por temporada. Su propuesta también incluye bonos, pero esta es una opción que merece más estudio. En este sentido, siempre hay que recordar que en verano el PSG había ofrecido un contrato de cinco años por valor de 8,5 millones netos más una bonificación de 500.000 miles de euros. Evidentemente, Skriniar no espera que igualen ahora esa cifra en Viale della Liberazione, pero que al menos intenten acercarse, en un mundo o en otro… Hasta ahora, el internacional eslovaco y su séquito no han logrado ninguna solicitud específica, ya que aún no han dado una respuesta a la embajada nerazzurri. Es fácil creer, sin embargo, que Skriniar espera alcanzar una cantidad fija de 6,5 millones, es decir, la garantizada a Brozovic hace un año, quizás con la adición de un millón en bonos. Todo evoluciona claramente, es pronto para sacar conclusiones. En todo caso habrá trabajo por hacer, para volver a encontrarnos en varias ocasiones. Esto explica por qué todos piensan que este partido se resolverá precisamente en el elemento de incentivo. ¿Cómo calibrarlos? ¿Cómo distribuirlos? ¿Algunos más robustos y difíciles de conseguir u otros más ligeros pero de fácil acceso? El diálogo se centrará precisamente en estos puntos. El más delicado. Pero el punto de partida es sólido, muy sólido: Skriniar encarna el Interismo a los ojos de la afición y no tiene intención de irse. Sin embargo, espera una señal: ese paso adelante en la oferta que lleva a la humareda blanca. Definitivo.



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