Tras su progresión en el servicio, el número 1 del mundo añadió otra variación a su juego
En su evolución natural de un jugador joven y talentoso a un campeón establecido, Jannik Sinner ha ido añadiendo tiros y variaciones que lo hacen cada vez más fuerte e impredecible. Las mejoras, por ejemplo en el servicio, están a la vista de todos desde hace un año, hasta el punto de que esta debilidad fundamental se ha convertido quizás en el arma principal de Jannik. El número uno del mundo en 2024 parece haber desarrollado otro golpe para ejercer aún más presión y dificultad sobre su oponente: el revés. Que era ese algo extra que quizás le faltaba a Sinner para convertirse en una especie de ser tenístico perfecto, y que ahora maneja con mucha más confianza, usándolo mucho más que el año pasado.