Un Corán fue incendiado en la embajada turca en Estocolmo, Suecia, la semana pasada. Fue la razón por la que varios activistas fanáticos se dirigieron a Meir en Amberes el domingo por la tarde. ¿El plan? Deleitando a los transeúntes de la calle comercial más concurrida del país con versos coránicos a través de altavoces.
La acción estaba prevista para las 16:00 horas, pero los agentes de la policía local llegaron casi de inmediato. El organizador no tenía permiso. Tuvo que limpiar las cajas de música y fue enviado a casa con firmeza. Varios transeúntes no pudieron saborear la disolución de la protesta. “Racistas”, murmuró a la policía.