Todos los partidos de fútbol griego en la primera división se jugarán sin público durante al menos los próximos dos meses, anunció el lunes el gobierno griego, según informaron agencias de noticias internacionales. El Gobierno ha tomado esta medida después de que un agente de policía resultara gravemente herido el jueves en Atenas durante un motín organizado por hooligans del fútbol. El fútbol griego ha estado acompañado de intensa violencia entre aficionados durante décadas.
El policía, de 31 años, recibió el impacto de una bengala en la pierna, lo que le provocó una hemorragia grave y un paro cardíaco. Todavía está en coma. “Este ataque asesino no es el primer caso de violencia extrema entre fanáticos en los últimos años. Los delincuentes que se hacen pasar por aficionados al deporte cometen delitos graves, hiriendo y matando a personas”, afirmó un portavoz del gobierno.
Antes de que los grandes clubes griegos puedan volver a admitir aficionados, deben instalar cámaras de seguridad en sus estadios e introducir un sistema de entradas en el que se compruebe la identidad de cada visitante.
El año pasado, las normas de seguridad para los clubes se endurecieron después de que el aficionado al fútbol Alkis Kampanos, de diecinueve años, fuera atacado en la calle por seguidores de un club rival en la ciudad de Tesalónica, en el norte de Grecia, y finalmente asesinado con cuchillos, una palanca y una hoz. Los doce autores, todos ellos de entre 21 y 26 años, recibieron penas de prisión que van desde veinte años hasta cadena perpetua.
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