Una serie que sobre el papel debería haber sido interesante y equilibrada cambia sus perspectivas por la lesión de Joel Embiid. Sin su MVP, un nocaut indefinido por una fractura en la cuenca del ojo derecho y una conmoción cerebral, la serie se convierte así en una verdadera misión imposible para Filadelfia. La defensa de Miami y un roster talentoso y profundo son capaces de poner en aprietos a un equipo que, tras el canje de James Harden, está sin duda “all-in” en esta postemporada. Miami ha demostrado que puede ganar juegos de playoffs incluso sin estrellas como Butler y Lowry (fuera en la carrera 1) y comenzó con una ligera ventaja incluso con un Embiid completo: ahora es la única oportunidad real para los 76ers, excepto por un flash. La recuperación del centro vendría de la mano de un inefable Harden, la mejor versión de Houston que, sin embargo, prácticamente no se ha dejado ver en los últimos meses. Los Heat se convierten así en los grandes favoritos, siempre que no bajen la guardia, y su colada en una serie que parece anotada pasaría a ser un auténtico fracaso.
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