Aún es pronto para bailar, pero las sillas musicales están en pleno apogeo en SIVO. El festival de danza folclórica tiene que trasladarse por tercera vez, una vez más a Kerkplein en el centro del pueblo de Borger.
Las vicisitudes que rodean la fiesta de baile son algo así como una farsa. En un principio, el festival se instalaría en el campo de deportes del Colegio Esdal. Debido a la presencia de la naturaleza en forma de pájaros y murciélagos, se solicitó a la organización el traslado al centro.
Porque en realidad sería necesaria una investigación ecológica que llevaría mucho tiempo. Tampoco es una opción ideal, dice el portavoz Sjoerd Looijenga. “No se nos permitió colocar cercas en ese lugar, por lo que no podíamos cobrar una tarifa de entrada”. Además, el casco urbano está atravesado por la carretera provincial N374. Por lo tanto, no es óptimo en términos de seguridad, dice Looijenga.
Por eso se tomó la decisión de regresar a la ubicación original. El festival se montaría a menor escala, de modo que no sería necesaria ninguna investigación ecológica. Después de consultar con el municipio, ahora se ha decidido volver a la plaza de la iglesia. “Pero un lugar más central con más carisma y visibilidad”, dice Looijenga.
El problema de la entrada también se ha solucionado: el municipio contribuye económicamente al evento. Looijenga: “Se tomará una cantidad del fondo del partido para el 25 aniversario del municipio. Borger-Odoorn nos compensará en parte con esto. Luego organizamos el festival de la manera más económica posible. Y así todos están felices”.
Looijenga desconoce si la medida tiene algo que ver con una denuncia recibida por el Ayuntamiento de un vecino de la localidad sobre la ubicación de Esdal. “No nos lo informaron”.
Para garantizar la seguridad, se colocan barreras de aplastamiento a lo largo de la N374. A través de una esclusa, los visitantes pueden moverse de un lado de la plaza al otro lado. “De esa manera evitas que la gente simplemente camine por la calle”.
Para la organización significa que los escenarios se ponen patas arriba por tercera vez. Looijenga ve el humor en ello. “No hemos podido organizar un festival en los últimos tres años. Bueno, hemos reparado el daño: ahora lo estamos organizando cuatro veces en unas pocas semanas”.
El festival SIVO se celebrará en Borger del 28 al 30 de julio.