Siéntate cómodamente en la silla del trono de todas las sillas del trono.

La palabra italiano para sillón es poltrona. Una palabra que ya contiene la palabra ‘trono’, así como la ampliación que caracteriza a tal mueble. Sentado, hombre o mujer extendidos en forma de silla.

Este otoño se exhibirá un número sorprendente de estas sillas ampliadas en exposiciones en los Países Bajos. El Museo Paleis Het Loo le dedica una exposición, poder del trono, con todas las variantes imaginables. Esto demuestra, entre otras cosas, Alerta de spoilerque los Naranjas no tienen un trono real. A menudo se adorna una silla especialmente para la ocasión.

Presidente toma posición es el nombre de la exposición en el Centraal Museum Utrecht, donde también se pueden ver magníficos ejemplares. El pináculo es el icónico. Poltrona de Proust de 1978 de Alessandro Mendini. La exposición presenta una versión de bronce fundido, suspirando de obesidad sobre patéticas piernas torcidas. No para sentarse. Vale la pena verlo con fascinación. En toda su importancia del bronce, hay algo animal en esta versión sofisticada del sencillo mueble para sentarse. No algo, pero alguien es una silla así. En cierto sentido, esto se aplica a todas las sillas, las más sencillas y las más lujosas.

La silla del trono de todas las sillas del trono fue realizada por el artista chino Ai Weiwei. Ai ha utilizado el poder de la silla de mil maneras. En 2014, en el Martin Gropiusbau de Berlín había seis mil taburetes de tres patas, mientras el portador de tantas vidas chinas se mantenía pequeño. Cuento de hadas – 1001 sillas es una instalación de veintitrés sillas chinas clásicas de la colección del Museo Voorlinden.

La obra de Ai Weiwei también incluye una poltrona, de 2011. Título: Sofá de mármol. El libro Ai Weiwei, en busca de la humanidad Dice que se trata de un sofá que se podía encontrar en millones de salones chinos en los años 70, como signo de prosperidad.

Ai no ha hecho su poltrona con cuero sino con mármol, de una zona de China donde se extrae el mármol más blanco y más caro desde hace más de mil años. El mismo material se utilizó para los asientos en los que se sienta el presidente Mao, de mármol, detrás de la entrada de su mausoleo en Beijing.



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