Siemens Energy: el problema de las turbinas hace estallar la burbuja de las energías renovables


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Se suponía que el potencial de crecimiento secular de la energía renovable ofrecería un antídoto a los caprichos cíclicos de los mercados y las economías. Pero a Christian Bruch no le ha funcionado. El director ejecutivo de Siemens Energy lleva años cargando con la responsabilidad de las crecientes pérdidas en la unidad de turbinas eólicas de Gamesa.

El grupo de energías renovables acaba de emitir su segunda advertencia de ganancias en cuatro meses. Está pidiendo garantías gubernamentales para proyectos a largo plazo que su balance tal vez no pueda respaldar. Las acciones cayeron un 29 por ciento.

El exceso de optimismo sobre el desempeño de la generación de energía renovable (en la que participó Lex) creó una burbuja de activos. Ahora se está desinflando.

El fabricante danés de turbinas Vestas y el especialista en parques eólicos Ørsted también han tenido problemas. La dura realidad es que estas empresas están involucradas en proyectos de ingeniería. Y la instalación de turbinas eólicas es tan propensa a generar sobrecostos como la infraestructura convencional.

Casi dos tercios de las pérdidas operativas de Siemens Energy entre 2020 y 2022, según S&P Capital IQ, provinieron de Siemens Gamesa. Más recientemente, la culpa la han tenido los defectos de los productos de las turbinas. La incapacidad de Bruch para determinar la responsabilidad total desde el principio ha asustado a los inversores.

Consideremos que el valor implícito de Gamesa rondaba los 15.000 millones de euros hace aproximadamente un año, cuando Siemens Energy compró la mayor parte de sus accionistas minoritarios. Incluso antes de la caída del jueves, el valor de Gamesa se había desplomado hasta -15.000 millones de euros, dice Philip Buller de Berenberg.

El balance parece sólido, por el momento. En junio, la empresa casi no tenía deuda neta. El resto de los negocios del grupo, incluidos el gas y la energía, han generado beneficios. Pero la fuga de Gamesa no ha hecho más que crecer este año. Una pérdida operativa esperada de más de 4.100 millones de euros (excluyendo la amortización) en la unidad debería dejar a todo el grupo en números rojos este año, según el consenso de analistas de Visible Alpha.

Siemens Energy tiene que decidir entre el menor de dos males. Puede cumplir con los pedidos actuales de turbinas y perder dinero reparándolos y reembolsando a los clientes. O puede cesar la producción y cancelar la unidad.

La solicitud de apoyo gubernamental sugiere que el costo de continuar será mayor que el de abandonar. Ésa debería ser la suposición central de los inversores a menos que intervengan ministros alemanes generosos.

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