“A Lilo la robaron delante de nosotros, pero la policía me pidió que volviera más tarde”. Nadine Vellemans (64), de Sint-Pieters-Leeuw, vio cómo secuestraban a su fiel amigo de cuatro patas en un coche gris. Pero más de una vez el robo de perros resultó no ser una prioridad para la policía. Por eso, varios grupos de interés piden un cambio en la ley: el robo de perros debería convertirse en secuestro. “En realidad, un perro robado no es lo mismo que un teléfono robado”.
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