Si la energía del vino alimenta la Fórmula 1


El último capítulo de la evolución de Caviro es la nueva planta de bioLng, que permitirá licuar el biometano gaseoso producido en la planta de Faenza y así poder transportarlo fácilmente en cilindros a las estaciones de servicio, para alimentar los vehículos pesados ​​de la zona. Prueba de que hay mucho más en las uvas que en el vino.

Para el grupo Caviro, que con una producción de 600 mil toneladas de uva al año es la mayor cooperativa vitivinícola de Italia (controla marcas como Tavernello y Cesari), la afirmación se puede traducir en tres números. Son más de 160 subproductos obtenidos a partir de residuos de las cadenas agroalimentarias que a su vez se convierten en materias primas para empresas farmacéuticas, alimentarias, químicas e industriales, para los sectores energético, cosmético y de la construcción. Hoy el vino representa el 61% de la facturación (417 millones de euros en 2022), el resto de los ingresos se obtienen mediante la puesta en valor de lo que la empresa es capaz de producir a partir de lo que en otros lugares se consideran residuos: desde el alcohol etílico hasta los mostos y extractos para la industria alimentaria, desde los polifenoles -antioxidantes utilizados en cosmética y nutracéuticos- hasta la producción de emplastos para emplastos, desde el biometano hasta la energía eléctrica y térmica. Finalmente, la compañía lleva a vertedero cada año 800 toneladas de residuos: poco más del 0,1% de las 624.000 toneladas recibidas y reelaboradas.

«Cuando, en 2017, asumí el cargo de dirección general, los residuos irrecuperables eran 3.600 toneladas, de un total de residuos procesados ​​de unas 500 mil, hoy el desafío de nuestros ingenieros es llegar a cero», comienza Fabio Baldazzi , director general de Caviro Extra, la filial del grupo que lidera la investigación y desarrollo de derivados de residuos agroalimentarios, galardonada con el primer premio Desarrollo Sostenible 2022 por la economía circular. En el ejercicio 2021/22, de 23,2 millones de euros de inversión, el 64% se han realizado en el área ESG (49% medio ambiente, 13% social, 2% gobierno). En Faenza, que siempre ha sido uno de los dos polos geográficos y productivos del grupo y sede de Caviro Extra, este modelo integrado se traduce en un terreno de 400.000 metros cuadrados que alberga 19 plantas. Desde el de biometano hasta el de recuperación y transformación de Co2 en hielo seco, desde el de district heating hasta el de producción de un nuevo fertilizante natural (Acfa), activo desde junio de 2022. Este es el último producto creado en la compañía , pero ya representa el 17% de la facturación de Caviro.

Caviro Extra tiene cuatro unidades de negocio: alcoholes; mostos y extractos; tartárico: el ácido tartárico se utiliza como conservante, emulsionante para hornear, excipiente para productos farmacéuticos o en la producción de yesos y cementos; energía renovable. Baldazzi se detiene en el bioetanol: «Es importante para nosotros porque en el futuro Europa se centrará cada vez más en los combustibles que se derivan del procesamiento de residuos. Todo lo que producimos va a Suiza y Francia, donde se mezcla al 15% con gasolina».

En el sitio de producción el paisaje es muy variado. Montañas de lías y orujos a tratar se alternan con las plantas, así como montones de esquejes y podas de una zona que va de Módena a Rímini, recogidos por el grupo Hera, accionista al 50% de Caviro Extra para la empresa Enomondo, que produce aquí energía calor y electricidad a partir de la combustión de biogás junto con residuos de la cadena agroalimentaria. Esta energía alimenta las actividades de Caviro Extra, pero también se inyecta a la red, para el tejido industrial de la zona, incluido el equipo de Fórmula 1 AlphaTauri. Actualmente, ocupa el segundo lugar en el podio de los subderivados más rentables: el primero es el biometano -se producen 12 millones de metros cúbicos normales (Nm3), equivalente al suministro de combustible de 18.000 automóviles durante un año-, el tercero es ácido tartárico.



ttn-es-11