Si el PS y el MR siembran desconfianza política ahora, no debería sorprenderse si cosechan un país bloqueado después

Bart Eeckhout es el comentarista principal de De Morgen.

Bart Eckout14 de julio de 202217:14

«Difícilmente podemos hacer una reforma seria a nivel federal en este momento». El colorido grito del corazón del exministro Koen Geens (CD&V) captado en video durante un debate de la organización empresarial nacionalista Pro Flandria causó sensación. Como miembro del parlamento de CD&V, Geens es parte de la mayoría, pero en ningún momento de su intervención se siente obligado a defender la política del gobierno.

Para un público unido y de mentalidad flamenca, los políticos flamencos están felices de hacer un esfuerzo adicional, pero las palabras de Geens encajan perfectamente con un sentimiento más amplio de inquietud y desánimo sobre el estado federal de cosas. Por ejemplo, la dura descripción que hace Geens de Valonia («Un enclave de izquierda socialista, que no está en absoluto en sintonía con los tiempos modernos») es un eco casi literal de lo que un desesperado viceprimer ministro Frank Vandenbroucke (Vooruit) está acosando a los ministros. de su partido hermano PS., en una reciente y enésima reunión sobre la reforma de las pensiones, lanzó: “Pareces un partido socialista de los años 70”.

La falta de un acuerdo de pensión decente y la proximidad de la fecha límite del receso de verano explican parte de la creciente frustración y nerviosismo. La tradición belga quiere que un compromiso difícil se complete solo después de que un momento de crisis haya despejado el aire. Sin embargo, parece que hay más cosas sucediendo. Esa perspectiva más amplia fue esbozada en una carta abierta de 22 economistas del norte y sur del país en El tiempo. Los economistas advierten de un desastre financiero si el gobierno federal no ordena urgentemente el presupuesto e implementa reformas esenciales en el mercado laboral y el sistema de pensiones. Este mensaje puede no parecer tan inteligente en sí mismo, pero el hecho de que sea difundido de manera uniforme por expertos de todos los sectores ideológicos y regionales lo hace muy relevante, no obstante.

Por lo tanto, el sentimiento de malestar es ampliamente compartido. Por el momento, esto no ha inspirado al gobierno federal a actuar con urgencia. Este análisis requiere un poco más de precisión. Sin tocar demasiado el tambor de la Comunidad, se puede concluir que gran parte del bloqueo siempre está en el lado francófono. PS y MR se valen en esa cínica estrategia de bloqueo. No debería haber ningún informe sobre una futura reforma fiscal o el presidente de MR, Georges-Louis Bouchez, ya está yendo a la guerra. Al mismo tiempo, el PS todavía tiene que demostrar que quiere un acuerdo de pensiones que contribuya efectivamente a hacer sostenible el sistema existente.

No está del todo claro adónde quieren llegar los líderes políticos francófonos con su política de veto. Al margen, VB y N-VA (y también la PVDA) ya son demasiado aficionados a concluir el fracaso total de ‘Vivaldi’. Esto es jugar con fuego institucional. Si el PS y el MR ahora están sembrando desconfianza política y frustración por las políticas que faltan, no deberían sorprenderse si pronto cosecharán un país bloqueado con partidos nacionalistas aún más fuertes.



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