Si aplicas la teoría de los universos paralelos a las relaciones románticas, las elecciones y decisiones pueden parecer menos importantes y definitivas…


Antonella Baccaro (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

Lla escena es esta: un hombre y una mujer frente a una puerta. es casi de nochela Luna solo puede brillar alto en el cielo.

Hay algo de vergüenza: lo que puede existir en ese momento en el que tienes que decidir cómo acabará la velada. La puerta le pertenece a ella, es ella quien tiene el poder de abrirla a ambos o solo a ella. Siempre y cuando quiera adelantar la propuesta de entrar de alguna manera.

Los dos se miran, él toma su mano. Un número infinito de combinaciones posibles es todo lo que los separa.

Es el momento: «Pasé una linda velada – dice con una media sonrisa -. Pero no es este».

El chiste fulminante, que te puedes vender si eres malo, me lo robé constelaciones de Nick Payne, texto recientemente subido al escenario por Elena Lietti y Pietro Micci.

Una historia de amor contada con las leyes de la físicaque escenifica la «teoría de cuerdas», según la cual todo lo que hacemos o dejamos de hacer podría hacerse o no hacerse de la misma forma o de otra forma en infinitos universos paralelos.

Una teoría que asegura a la representación teatral un guión en el que las escenas, que representan las distintas etapas de una relación, pueden repetirse muchas vecescon diferentes tonos y/o con pequeñas variaciones en los compases, permitiéndonos vislumbrar diferentes desenlaces.

Como si, en nuestro caso, ella solo hubiera dicho: «Tuve una linda velada», atrayéndolo hacia el interior de la puerta. El juego, que funciona en el escenario, quisiera liberarnos de la responsabilidad de nuestras elecciones, sugiriendo que la decisión que estamos tomando aquí y ahora no es la misma que tomamos en otro lugar y en otro momento.

Y si todas las variables son posibles en los infinitos universos paralelos, poco importa la que nos envuelve en este momento. Hermoso de pensar, difícil de practicar.

¿Quién se tomaría a la ligera una despedida sabiendo que en otro lugar y en otro momento no es tal? Si cada universo que nos incluye traza una historia en sí mismo, no hay escapatoria al dolor de hoy, porque no hay compensación en otro lugar y en otro momento por lo que nos sucede aquí y ahora.
Piénsalo la próxima vez, antes de ser cruel en el amor.

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