Sesenta años de MJ, las dos letras que definen el mito

Michael Jordan no fue solo el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. Es un mito, una marca, un símbolo de victoria, un icono universalmente reconocido. Es un deseo de volar, como él

Era el 26 de octubre de 1984: en el Chicago Stadium, posteriormente demolido para dar cabida al United Center, Michael Jeffrey Jordan debutaba en la NBA. Había sido elegido por los Bulls con el número tres en el Draft de ese año, casi desairado al fin y al cabo si pensamos que antes que él Portland llamó a Sam Bowie, pívot cuya carrera se vio empañada por las lesiones, mientras que Houston había apostado por Hakeem Olajuwon, más decisión que legitima. «MJ» era un veterano de la medalla de oro olímpica en Los Ángeles con la selección de Estados Unidos.



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