Servicios financieros: las corridas bancarias avivan el debate contable


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¿Cuánto vale un bono? En 2023, los inversores aprendieron que dependía de lo que pretendieran hacer con él.

Pensemos, por ejemplo, en la crisis bancaria regional estadounidense que comenzó con el colapso del Silicon Valley Bank. El prestamista había colocado el dinero de los depositantes en una gran cartera de bonos del tesoro estadounidense cuyo valor cayó a medida que subieron las tasas de interés.

El banco había clasificado los bonos como «mantenidos hasta el vencimiento» (HTM), lo que significaba que sólo necesitaba registrar las pérdidas no realizadas en una nota a pie de página. No se vio obligada a reunir capital contra ellos. Pero cuando los clientes tecnológicos adinerados retiraron sus depósitos en masa, HTM se convirtió en «azotar lo más rápido que puedas». Las pérdidas saltaron de la nota a pie de página al capital.

La debacle provocó un debate sobre si la distinción entre valores HTM y valores “disponibles para la venta” (AFS) tenía algún sentido. Claramente, la intención cambia según las circunstancias. Además, HTM ofrece a las instituciones la posibilidad de mejorar sus cuentas. El Wall Street Journal informó a principios de este año que, en 2022, seis instituciones financieras transfirieron medio billón de dólares de AFS a HTM.

Los inversores deberían tener en cuenta que esto es un problema mayor en Estados Unidos, donde los bancos tienen mayores tenencias de títulos de deuda. En abril, el FMI dijo que contabilizar plenamente las pérdidas no realizadas del HTM tendría un impacto “modesto” en los ratios regulatorios del banco mediano en Europa, Japón y los mercados emergentes.

¿Por qué no, reflexionaron algunos, obligar a los bancos a valorar todo según el mercado y terminar de una vez?

Por muy seductor que parezca, esta puede no ser la mejor solución. Los bancos están en el negocio de la “transformación” de los vencimientos. Si el valor de sus activos de larga duración oscilara enormemente, sus alternativas serían recaudar mucho más capital o prestar a plazos más cortos.

HTM tiene sentido siempre que se aplique con sensatez a carteras de valores lo suficientemente pequeñas, que tienen una probabilidad bastante pequeña de necesitar ser vendidas. Los reguladores ahora se han dado cuenta de esto. Deberían resistir la tentación de olvidar la lección a medida que las tasas comiencen a caer.

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