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Cuando pude informar sobre las visitas de estado del rey a los Estados bálticos en 2018, probé por primera vez la paz armada en Estonia, Letonia y Lituania. Entre otras cosas, el monarca acudió a la base de la OTAN en Lituania para reunirse con los soldados holandeses destacados allí. En ese momento, ya había un aire amenazante sobre el desconocido peligro ruso, que la OTAN se sintió obligada a subrayar visiblemente su presencia en el ‘Báltico’.