No se han impuesto años de prisión, pero sí 240 horas de servicio comunitario y una pena de prisión condicional de un año a un joven de 20 años de Emmen por un robo en una gasolinera de Nueva Amsterdam. En esto influyó una mediación exitosa entre el perpetrador y la víctima.
La sentencia es igual a la demanda por este caso atípico, como matizó el fiscal hace dos semanas. El veinteañero entró en la gasolinera el 2 de septiembre del año pasado, vestido de negro. “Esto es un robo. Aquí tengo una bolsa y un cuchillo. Dame dinero y no pasará nada”, dijo el hombre al entrar. El cuchillo no fue visto ni encontrado.
Pidió disculpas por el robo. Habló cortés y tranquilamente. Al empleado se le permitió quedarse con el cambio. Al salir, pidió algunos paquetes de cigarrillos de cierta marca. Él recibió eso. El hombre fue detenido poco después en su scooter. El asiento de acompañante contenía el botín y la ropa del robo. El residente de Emmen confesó inmediatamente.
Indicó que cometió el robo bajo presión de los acreedores. Algo le pasaría si no pagaba su deuda de drogas. El juez considera que el hombre ha cometido un delito grave que merece una pena de prisión de años. “En el momento del robo, sólo le preocupaba su propio beneficio económico. El impacto que esto tuvo en la víctima no tuvo importancia para él en ese momento”, dijo el juez.
Sin embargo, el hombre mostró remordimiento durante su arresto y estaba ansioso por hablar con la víctima. Aunque la empleada quedó impresionada por el suceso, la actitud educada del ladrón no la había asustado lo suficiente como para atreverse a iniciar una conversación. Ella también estaba dispuesta a hablar, lo cual es un requisito para dicha mediación.
Debido al éxito de la mediación, las circunstancias personales y la voluntad del residente de Emmen de cooperar en todo, el juez no ve ningún valor añadido en encerrar primero al hombre por un tiempo.