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Seis colombianos sospechosos de asesinar al candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio han sido asesinados en prisión, en la última señal de la violencia que agita al país mientras se prepara para elegir un nuevo presidente.
La fiscalía ha iniciado una investigación sobre la agencia penitenciaria del país por la masacre, mientras que el gobierno de Colombia condenó los asesinatos y prometió apoyo a la investigación.
Las autoridades penitenciarias dijeron que los asesinatos tuvieron lugar el viernes por la noche en la famosa prisión del Litoral en Guayaquil, que ha sido escenario de numerosas masacres en los últimos años mientras las bandas de narcotraficantes se disputan el control de las diferentes alas. En septiembre de 2021, un motín dejó al menos 123 reclusos muertos.
Las autoridades dieron a conocer los nombres de los seis sospechosos asesinados, todos de nacionalidad colombiana, pero no proporcionaron más detalles.
Los ecuatorianos se están preparando para acudir a las urnas en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 15 de octubre, en la que participarán el empresario de centroderecha Daniel Noboa y la izquierdista Luisa González, protegida del ex presidente Rafael Correa.
La delincuencia siempre ha sido considerada en las encuestas como el tema más importante para los votantes. Ecuador, que alguna vez fue considerado relativamente pacífico, se ha convertido en uno de los países más violentos de América del Sur mientras los cárteles de la droga locales e internacionales luchan por las rutas de tráfico.
En los primeros seis meses del año, se reportaron 3.500 homicidios en el país, que tiene una población de 18 millones, según estadísticas policiales. El año pasado, 4.800 personas fueron asesinadas, casi el doble que en 2021 y el cuádruple que en 2018.
La tasa de homicidios per cápita supera a la de Colombia y México.
Ecuador también ha visto un aumento de la violencia política. El alcalde de la ciudad portuaria de Manta fue asesinado en julio, mientras que un organizador político fue asesinado a tiros en la provincia costera de Esmeraldas en agosto.
Villavicencio fue asesinado a tiros el 9 de agosto cuando salía de un mitin en Quito, menos de dos semanas antes de la primera vuelta de votación. Su asesinato conmocionó a una nación que ya se tambaleaba por la violencia.
El ex periodista de investigación había prometido una línea dura contra los narcotraficantes y sus vínculos con funcionarios gubernamentales.
La policía arrestó a los seis colombianos ese día, mientras que un séptimo sospechoso, también colombiano, murió en un tiroteo con la policía.
La semana pasada, Estados Unidos anunció una recompensa de hasta cinco millones de dólares por información que conduzca al arresto o condena de los “co-conspiradores e intelectuales” responsables del asesinato de Villavicencio. El FBI está ayudando con la investigación.
El presidente Guillermo Lasso, que no busca la reelección, canceló una visita prevista a Corea del Sur en respuesta a los asesinatos carcelarios y el sábado se reunió con su gabinete de seguridad para abordar la violencia en las prisiones del país.
“Ni complicidad ni encubrimiento, aquí se sabrá la verdad”, publicó en la plataforma de redes sociales X, antes Twitter.