La razón inmediata de este malestar es la situación en Credit Suisse, donde los clientes retiran dinero de sus cuentas a gran escala. También hay preocupaciones sobre el sector financiero de EE. UU., donde varios bancos más pequeños tuvieron dificultades la semana pasada.
El ministerio dice que comprende las preocupaciones sobre Credit Suisse. “Este es un banco internacional de importancia sistémica”, dice un vocero. Pero también señala que el banco suizo tiene “problemas específicos” con los que los bancos holandeses no tienen que lidiar.
Según el Ministerio de Finanzas, la situación en los bancos estadounidenses en quiebra también es “esencialmente diferente de la de los bancos holandeses y europeos”. Debido a su diferente modelo de negocios y gestión de riesgos, eran “extremadamente sensibles” a las crecientes tasas de interés y también tenían que cumplir con requisitos menos estrictos, dijo el vocero.
El ministerio dice que está monitoreando de cerca la situación junto con De Nederlandsche Bank (DNB). Confía “en que otros reguladores relevantes harán lo mismo”.