Los tiempos de recuperación se han alargado, porque se han hecho trabajos de fortalecimiento y prevención
No hay Turín para Nico González. El delantero argentino tendrá que esperar al partido de vuelta (programado el 11 de enero a las 18 horas) para saborear las emociones del derbi del Mole. La culpa fue la lesión leve en el recto femoral del muslo derecho sufrida la noche en Leipzig, hace ya más de un mes. Según los planes iniciales, el exjugador de la Fiorentina debería haber estado disponible para su contratación por un tiempo (la esperanza era recuperarlo en tres semanas, teniendolo disponible incluso para el Inter) pero los tiempos se han ampliado. Volveremos a hablar de ello tras el parón, por lo que Nico, que se quedará en Continassa para trabajar, tendrá otras dos semanas para recuperar su forma.
nada argentino
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La decisión final se tomó en las últimas horas, tras una consulta entre el jugador, el cuerpo médico y el cuerpo técnico: mejor posponer que correr riesgos innecesarios metiéndolo en el banquillo. Motta sólo quiere hombres que estén en condiciones de jugar y Nico, evidentemente, aún no está preparado. Naturalmente, la selección nacional también se perderá: el extremo había sido convocado por el técnico Lionel Scaloni, quien sin embargo dio un giro tras comprobar el estado de su jugador con la Juventus. Al no poder ocupar el banquillo del club, ni siquiera viajará a Sudamérica, donde Argentina se enfrentará a Paraguay (15 de noviembre) y Perú (20 de noviembre) en las eliminatorias mundialistas.
Trabajo de prevención
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¿Pero por qué Nico tarda tanto en sanar? Una lesión leve suele tardar entre 3 y 4 semanas en volver a los terrenos de juego, pero la Juventus, dada la fragilidad del jugador y su “historia” (se perdió 10 partidos la temporada pasada por problemas físicos), optó por un trabajo específico para reforzar la músculos, haciéndolos más elásticos, con el objetivo de prevenir nuevas paros. Nico no ha tenido mucha suerte hasta ahora: cuando llegó al inicio del campeonato, en la Juventus acumuló 307 minutos y un gol (ante el PSV en la Liga de Campeones), perdiéndose 7 partidos. Motta lo está esperando y no ve la hora de volver al terreno de juego, pero aún necesitará un poco de paciencia.
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