Protestar contra el Puente del Estrecho está prohibido, con el visto bueno de las comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales de la Cámara a una enmienda al proyecto de ley de seguridad de la Liga: prevé una circunstancia agravante según la cual “si la violencia o amenaza” a un funcionario público “se comete con el fin de impedir la construcción de una obra pública o infraestructura estratégica, la pena se incrementa”. Una advertencia explícita para todos los no pontistas que recientemente, miles de ellos, se manifestaron en Villa San Giovanni.
La oposición y los comités atacan, rebautizando la enmienda como “puente anti-no”, mientras los territorios permanecen vigilantes: Villa San Giovanni y las ciudades de Reggio Calabria y Messina, con sus áreas metropolitanas, se niegan a expresar observaciones sobre la decisión final. proyecto de la obra, tal y como se esperaba, tras 30 días de prórroga, por parte del Ministerio de Transportes. Precisamente piden una nueva suspensión de los términos de la conferencia preliminar, considerando que «el conocimiento de los estudios y de los resultados que se producirán en el estrecho de Mesina el 12 de septiembre tendrán un impacto directo sobre el proyecto».
«¿Qué debemos decir? – pregunta el alcalde de Villa San Giovanni Giusy Caminiti -. Nos encontraremos ante un proyecto completamente modificado”. Por tanto, las Administraciones formularán valoraciones y dictámenes únicamente tras los procedimientos de evaluación de impacto ambiental e incidencia. Será necesario al menos mediados de septiembre, dado que en mayo el Estrecho de Messina solicitó a Mase una suspensión de 120 días de los plazos para la presentación de la documentación complementaria solicitada por la Comisión Via e Vas.
Partiendo de diferentes posiciones, el alcalde de Reggio Calabria, Giuseppe Falcomatà, se mostró a favor del Puente, mientras que el de Messina se mostró favorable, con reservas, a Federico Basile, “laico”, como siempre se ha definido hoy la alcaldesa de Villa San Giovanni Giusy Caminiti. Los tres administradores comparten las mismas preocupaciones sobre una obra que desmantelará radicalmente las áreas (muchas de las cuales son de gran valor naturalista) sobre las que el proyecto impactará directa e indirectamente.
Un frente común, el de los tres alcaldes, también respecto del decreto legislativo del 29 de junio de 2024 n. 89, que contiene disposiciones urgentes para infraestructuras e inversiones: en el apartado 2 actualiza “las modalidades de aprobación del proyecto ejecutivo”, precisando que “puede realizarse en fases progresivas de construcción”. En el caso del Puente, está escrito en el decreto legislativo, significaría optimizar y reducir tiempos. Pero los alcaldes dan una interpretación diferente: «El Puente es un unicum, no una construcción para lotes independientes, autónomos y autosuficientes, como una autopista o la duplicación de una línea ferroviaria – afirma Caminiti -. Realmente parece un tramo procesal que implicaría la apertura de conferencias de servicios específicas para cada fase de construcción. Así, vuelve a nosotros el miedo a una eterna incompletitud”