En un almacén están ocupados cubriendo la carroza del desfile de flores. “El carro tiene una superficie de 140 metros cuadrados. Utilizamos unas quinientas flores por metro cuadrado. Basta con calcular cuántas habrá en el carro”, se ríe Zwartscholten.
Su madre Jannie está ocupada decorando el auto. A ella nunca le ha quitado el sueño la posible escasez de flores. “Luego se nos ocurrirá otra cosa, otras plantas o algo así. Siempre sale bien”.
Aunque hay muchas flores, no hay la misma cantidad de todos los colores. Y como resultado, el plan para decorar el carro a veces tiene que ceder. “No tenemos dalias negras”, continúa Jannie Zwartscholten. “Intentamos llenarlo con flores de color rojo oscuro, y eso también funciona”.
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