El ataúd fue descubierto cuando los arqueólogos investigaban una bóveda funeraria medieval. “Es extremadamente raro encontrar un ataúd de plomo de esa época. Fue un acontecimiento muy excepcional, reservado sólo a la cúpula absoluta del poder religioso o secular”, explica Dieter Verwerft, arqueólogo de Raakvlak.